Cuando Lucía tenía 8 años, su padre le contó una noche que a la diosa Hera, mientras estaba amamantando a su hijo Heracles, se le escaparon unas gotas de leche que se convirtieron en estrellas. Así es como nació la Vía Láctea. Desde entonces Lucía está fascinada con ella.
Siempre ha vivido en el campo. Puede contemplar la Vía Láctea en todo su esplendor, sin la contaminación lumínica de la ciudad. A los 12 años, su profesora de física contó en clase que Einstein, mientras montaba en bici, se preguntó qué pasaría si viajara en bicicleta sobre un rayo de luz. “Lo importante es no dejar de preguntar”, les dijo la profesora.
Lucía va a clase en bicicleta. Mira los árboles y recuerda la manzana de Newton. La naturaleza es un libro abierto. ¿Cómo leer sus palabras? Por eso, Lucía quiere estudiar Física Teórica. Ser como Newton.
Lucía observa y siempre se lo pregunta todo.
¿Puede aguantar el hilo de una tela de araña el peso de Spiderman?
¿Cómo son de fuertes los campos magnéticos que crea Magneto?
¿Por qué se interrumpe tantas veces la conexión a Internet en casa?
Ahora, con 17 años, está a punto de entrar en la universidad, y vienen las preguntas más difíciles:
¿Cuál es la mejor universidad para cumplir mis sueños?
¿Qué becas puedo conseguir?
Toda mi vida viviendo en el campo… ¿cuál va a ser mi nuevo hogar en los próximos años?
Lucía se lo pregunta todo. Y nosotros, tenemos algunas respuestas.